lunes, 10 de agosto de 2015

La Economía del Dinero Fácil

Si bien es conocida la reputación de la República Bolivariana de Venezuela como un país monoproductor, una nación "Saudita" que todo lo importa, la actual situación con fluctuaciones a la baja del precio del petróleo han generado fuertes contracciones económicas que golpean fuertemente el sistema de importaciones, de distribución y comercialización de los bienes y servicios, que además pudieran estarse prestando para generar una visión de incapacidad gubernamental en busca de capitalizar en las venideras elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Como factores centrales tenemos a FEDECAMARAS, que agrupa las asociaciones empresariales del país con mas de 124 mil agremiados que solo producen 3% de las divisas que ingresan al país, por ende no producen nada, viven de la renta de la asignación de divisas producidas por la explotación del petróleo de la nacional PDVSA. Las cadenas CAVIDEA (Cámara Venezolana de Industria de Alimentos), ANSA (Asociación Nacional de Supermercados y Afines) quienes controlan los 145 mil puntos de venta comerciales de alimentos, contra los 34 mil que posee el gobierno nacional, Empresas Nacionales como POLAR quien acusa reiterativamente la falta de asignación de divisas por parte del gobierno venezolano, por concepto de alimentos, Trasnacionales como P&G (Procter And Gamble), Kimberly Clark, Nestle, Colgate-Palmolive, entre otras. Acusamos a uno de los factores mas impactantes en el debilitamiento de nuestra economía, la mercantilización del dolar, convirtiendo el Dólar (una moneda extranjera, con su tipo de cambio, utilizada para transacciones de comercio) en una mercancía cuyo valor es estimado arbitrariamente por quien lo posee, utilizado para generar grandes ganancias del modo fácil y siguiendo el juego de factores extranjeros que de modo pernicioso juegan a la desestabilización de nuestra economía.

Ahora vamos al punto central de la antítesis entre el proceso dialéctico denominado socialismo del siglo XXI y el capitalismo rentista desarrollado desde mediados de 1946 hasta el presente y podemos encontrar los puntos focales donde se debe desmontar dicha estructura dominante burguesa:

  1. Economía de servicios; actualmente en Venezuela el 74.5% del aparato productivo se encuentra en el sector terciario de la economía, que es relativo a servicios: restaurantes, cadenas de tiendas, farmacias, supermercados, transporte, ventas, importaciones, etc. Estos se encargan de la comercialización de bienes y/o servicios ya prefrabricados generando ganancias inmediatas sin ningún proceso de transformación de materia prima o de generación de conocimientos (principales generadoras de riqueza)
  2. Intermediaciones; en esta situación coyuntural-estructural se ha disparado la intermediación de bienes y servicios: tenemos transportadores que simplemente por el hecho de poseer un vehículo de carga pueden adquirir bienes y servicios a precios relativamente mas bajos que en el mercado final y luego aplican una ganancia de al menos 100% en rubros como Carnes (Bovino, Porcino, Ovino), Pollo, Quesos, Pescado,Lácteos, Hortalizas, Verduras y Alimentos Secos, Al punto que un kilogramo de carne de res puede llegar a costar en el corral hasta 250-400 bolívares por kilogramo y al trasladarlo a la ciudad este se vende por sobre los 800 bolívares el kilo. Hoy en día el fenómeno ataca a cualquier producto que circule en territorio nacional, teléfonos celulares fabricados y comercializados por fábricas estatales con un costo aproximado de 2800-3500 bolívares se venden hasta en 15 mil bolívares, vehículos de 7-8 millones de bolívares son vendidos hasta en 40 millones de bolívares donde varias personas hacen de mediadores y negociadores generando generosas ganancias para ellos sin el mínimo esfuerzo, al igual viviendas que cuestan 4-5 millones de bolívares son vendidas hasta en 13 millones de bolívares con grupos de personas detrás de dichas ventas generando jugosas ganancias para cada uno. Esta cadena monetarista también opera en la venta de repuestos de vehículos (neumáticos, acumuladores), materiales de construcción, electrodomésticos y todo aquel donde se consiga un producto a su debido precio y exista otro dispuesto a pagar lo que sea por la obtención inmediata.
  3. Producción; empresas como POLAR, Grupo SINDONI, PARMALAT, entre otras, que operan el país y de capital mayoritariamente nacional exigen divisas para importar materia prima, sin embargo debe exhorarse a dichas empresas a producir en territorio nacional su materia prima, por ejemplo POLAR importa maíz para fabricar la famosa harina de maíz, cuando en los estados monagas, guárico, cojedes y portuguesa existe potencial suficiente para abastecer a esta y cualquiera otra empresa que requiera maíz para su proceso productivo. Otro caso es la desviación de la producción a rubros no incluidos en carácter de prioridad como el arroz tipo I (menos de 5% de granos partidos) del que recientemente he notado en la zona donde vivo su ausencia pero que en cambio productos derivados de este y de valor exponencial se nota abundancia como CERELAC de Nestle, Crema de Arroz de POLAR, Mezcla para CHICHA de varias marcas, LACTOVISOY, que en comparación con el precio del arroz tipo I de 40 bolívares por kilo estos tienen valor de entre 72-360 bolívares por kilo.
En resumen se deben atacar estos tres factores si se quiere recuperar la economía nacional a niveles estables, y desmontar el modelo rentista dependiente que le ha permitido a factores extranjeros atacarnos tan fuertemente; Impulso al sector secundario de la economía (transformación de la materia prima, generación de nuevas tecnologías y conocimientos, industrialización del país mediante alianzas estratégicas y transferencia tecnológica), Supervisión eficiente de la producción en el país especialmente de los alimentos así como un seguimiento objetivo de la asignación y uso de las divisas del país, Impulsar lazos comerciales y el "TRADING" de energía por materia prima, Aplicación certera de las leyes contra las acciones civiles o privadas que vayan en detrimento de nuestra economía así como el trabajo Ético-Ideológico que impida que nuestros compatriotas se presten para tan bajas prácticas.

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